Mi afición por los disfraces me viene desde bien niña, con un simple trapo, servilleta o alguna pieza de vestir, creaba mis personajes...todo un mundoooooo. A día de hoy poca diferencia hay, sólo que el fondo de armario a ido creciendo a base de "pingos" (piezas de ropa) como las suele llamar mi madre; y, del desnudo que lo encuentro fascinante, descubrir el cuerpo en su totalidad... y hablar a través de él sin miedos, sin prejuicios... algo así como la famosa sentencia del "Panta rei" , el Todo fluye de Heráclito...
Y después, decir que mi afición a la autofotografía es causual, claro... pero descubrí todo un mundo para explorar desde mis escasos y humildes conocimientos técnicos. Esta es una de mis sesiones caseras, en uno de mis refugios, mi santuario, mi espacio, y mi estudio fotográfico ... "Una habitación propia" como señalaba Virginia Woolf.
Mis personajes son fruto de un momento, un algo repentinos... me basta una pequeña señal de mi musa para desplegarlos con lo que disponga y lo que se me pase por mi cabecita de alfiler. Sé que algunos personajes los podría trabajar más pero, perderían el encanto del momento; y además no siempre tiene una la misma energía cuando surge la idea al ver la luz para maquillarse, buscar el atrezzo, y... poner el disparador y salir corriendo, tienes diez segundos modrý... jajajjajajaja.
¡Ah, esta explicación sobre el origen de tu afición a los disfraces explica muchas fotos!
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